moverse sobre nada
¿Necesitamos creer que todo funciona y todo tiene un sentido? ¿Cómo liberar la experiencia de la necesidad de hacer sentido, de destilar sentido? ¿El sentido como aquello que ha de ser practicado porque no se detiene? ¿Podemos darle un margen a la práctica para desarrollarse improductivamente, sin tenerse que teorizar?
El proyecto consta de una serie de encuentros con personas que provienen de ámbitos muy diversos. Encuentros donde compartir momentos, trazos de una experiencia móbil, pues siempre se está actualizando. Se trata pues de un territorio que no tiene contornos fijos, que está en continuo movimiento.
Se desarrollan juegos/prácticas de movimiento con el intento de hacer estallar el movimiento para que lo verbal aparezca en lo no-verbal. Un uso del movimiento que desorganize el orden usual del discurso, la autoridad de la discursividad. Y a su vez, desplegar otras relaciones que abran los binarios básicos entre mirar y ser mirado, entre performer y espectador, que puedan interrumpir las relaciones difíciles que mantenemos con el sentido. Para ello nos situamos en el vaciado previo a la definición.
Y teniendo en cuenta que quizás; “la resistencia al logocentrismo tiene una mayor oportunidad de aparecer en la experiencia del espacializar”.
A través de estos encuentros se han ido generando los trabajos coreográficos: 100 fuegos horizontales, construcción amorosa, ¿cuerpos monárquicos?. Con estos trabajos se abre la posibilidad de añadir los trazos de otras personas, provocando en mi cuerpo la posibilidad de ser movido por todos esos cuerpos. Devenir esos cuerpos; no en un tiempo homogéneo, lineal, circular, sino dejar que emerja una arquitectura temporal plegada, laberíntica, heterogénea. Generando un cuerpo que pueda afectar y ser afectado por distintas intensidades.
Cada encuentro contiene un núcleo de incertidumbre, al cual nos vamos a disponer.
Simultáneamente al contagio que otorga el encuentro, se abre un espacio entre. El entre cuerpos va a ser entonces una noción de conexión y de diferenciación a desplegar desde la potencia de la multiplicidad.
Lo expuesto será pues resultado de esta experiencia colectiva.
Un posible juego de contagio es pedir una partitura de movimiento a diferentes personas (en este primer período, los encuentros tienen lugar con personas que provienen de campos teórico-práctico, relacionados con el arte) y trabajar sobre ellas como materia prima a rehacer, cruzar, transformar.
ficha artística
Carme Torrent